Una de las fiestas más populares del invierno mallorquín es Sant Antoni. Todo el mundo espera con ilusión la salida de la bruja María Pega y el Demonio Viejo, junto con Banyeta Verda, en Tugores, el Demonio Cucarell y en Pou Juà, que recorren las calles de la villa acompañados por los demonios monaguillos y los xeremiers hasta que finalmente Sant Antoni los vuelve a encerrar. El grupo de Demonios nos ilumina la noche del 16 de enero con un espectacular correfoc que enciende la gran hoguera en la que se asará el pan, la sobrasada, los botifarrones y la carne para la cena y alrededor del cual se cantará y se bailará hasta altas horas de la noche. El día siguiente, 17 de enero, se llevan a cabo las tradicionales bendiciones de Sant Antoni, donde carrozas, payeses y animales desfilan alrededor de la Plaza mayor.